Sistema Nervioso Central: Corteza y lóbulos cerebrales
El cerebro o telencéfalo, es la parte más prominente del encéfalo. Está conformada por dos hemisferios cerebrales interconectados por el cuerpo calloso. La superficie del cerebro es altamente irregular debido a la presencia de depresiones llamadas surcos y elevaciones denominadas giros (circunvoluciones), cuya presencia aumenta considerablemente el área superficial de la corteza de modo tal que en esta región se concentra el mayor poder de procesamiento y habilidad cognitiva de todo el sistema nervioso central.
Cada hemisferio está compuesto de seis regiones denominadas lóbulos (lobos): frontal, parietal, temporal, occipital, ínsula y límbico.
Cada lóbulo cerebral lleva a cabo un grupo específico de funciones. Es por esto que ha sido posible mapear la corteza cerebral en áreas funcionales como la corteza motora y la corteza sensitiva. Estas áreas de la corteza están subdivididas basadas en su nivel funcional en áreas primarias, secundarias y asociativas. Estas divisiones jerárquicas están íntimamente comunicadas entre sí lo cual les permite procesar estímulos sensitivos y generar respuestas corporales adecuadas al estímulo.
Cada lóbulo está delimitado por surcos específicos y se especializa en funciones diferentes. El surco más prominente es el surco central (“de Rolando”), el cual divide los giros precentral del lóbulo frontal y el giro postcentral del lóbulo parietal. Estos giros albergan la corteza motora y la corteza somatosensitiva primaria, respectivamente. Estas son las regiones donde son iniciadas las funciones motoras y donde son recibidas las sensaciones generales. Como ya se mencionó, la sustancia blanca cerebral (centro oval) yace en la profundidad de la corteza, donde conforma gran parte de las estructuras cerebrales profundas.
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